A Salto de Rana

Corredor y toro

Jallikattu- India (Enero)

Jallikattu: cuando es el toro el que gana la partida

¿Cómo serían unos San Fermines si se celebraran en un pequeño pueblo del sur de la India? Un jaleo, vale, pero qué interesante, ¿eh?

Esto fue lo que me pasó por la cabeza cuando M.L. me propuso acercarnos a ver el Jallikattu en el inicio de nuestro segundo viaje por India. No me gustan los toros, ni las vaquillas, ni el toro embolao, ni la madre que lo parió, pero reconozco mi curiosidad por la fiesta en cuestión iba en aumento a medida que iba conociendo más detalles sobre ella.

El sincretismo y la pluralidad cultural hacen de la India uno de los mejores destinos para disfrutar de cualquier celebración. Conociendo, además, las particulares relaciones de los indios con los animales (con los cuales a veces se casan, o los tienen todo el día rezando en los templos…), el festival no podía decepcionar.

Chicos posando con sus toros

Enmarcado en las fiestas de la cosecha del Pongal, en el estado de Tamil Nadu, el Jallikattu se celebra en distintos pueblos de la región, siendo muy populares los festejos de Palemedu y Alanganallur, próximos a la ciudad de Madurai.

Los toros en esta parte del mundo pasean con orgullo, tras sus grandes cuernos afilados y erguidos, una joroba prominente a la que es fácil colgarse para intentar dominar a la bestia. Existen referencias del Jallikattu desde hace al menos 2500 años. El juego tradicionalmente consistía en encaramarse al toro para coger el premio (un paquetito con monedas) que se encontraba atado a los cuernos.

A día de hoy, la práctica más o menos similar consiste en agarrar al toro en cuestión por la joroba y frenarle hasta que se pare, o bien aguantar hasta tres zarandeos sin salir volando, lo cual le da derecho al joven aguerrido de turno a llevarse el premio que toque. Los premios no son nada del otro jueves, una silla, un sari, una cacerola, un peine,… pero suficiente para motivar a una cantidad ingente de ganaderos, gente de pueblo, que lleva cuidando de su toro todo el año para que el día del Jallikattu salga con la suficiente mala hostia como para llevarse la silla y el puchero.

Ganadores con premios
Ganador con su silla

Algo que me llamó mucho la atención es el hecho de que en el Jallikattu la mayor parte de las veces gana el toro. Reconozco que hace años que voy con el toro,… en general. El toro contra el hombre, sin trucos ni subterfugios, sin armas ni fanfarrias. Tan aclamado uno como el otro, y los dos lo saben.

El “indulto del toro” no es una excepción, como ocurre en las corridas de España, sino la regla. La mayoría de los toros salen victoriosos, con la cabeza bien alta, mirando a la grada como diciendo “ahí queda eso, para cojones toreros los míos”, mientras alguno de los osados concursantes abandona el recinto malherido y con las manos vacías.

Toro vencedor

Una mañana en Alanganallur

Nada más llegar a Ananganallur, entendimos que lo de menos iba ser el ruedo. Color, sonrisas, algarabía, fritanga callejera, estupor ante la llegada de los dos guiris. Entramos por las callejuelas del pueblito lleno de gente y de animales. Los chavales paseaban sus toros de la correa, como si fueran perrillos, con su puya en la frente, sus cuernos de colores y su collar de flores.

Y de pronto una estampida. En un minuto habíamos trepado unos encima de otros mientras un toro más asustado que cabreado campaba a sus anchas por los callejones y los recibidores de las viviendas. La policía enfurecida seguía intentando controlar el flujo de bestias y personas por las calles, aunque veía con impotencia como ni unos ni otros les hacían ni pajolero caso.

Toro caminando por la calle

Y es que no hay donde meter los cientos y cientos de toros que esperan para salir al ruedo, unos 700 diarios. Como todo en India, el proceso es complicado. En principio, los toros con sus dueños esperan una cola infinita para pasar un reconocimiento veterinario que garantice que el toro está en buenas condiciones, y después de ahí tendrían que hacer otra fila para salir a combate. Pero la realidad es que hay cientos de ganaderos “piratas” que intentan escaquearse y colar a sus toros por diversas partes del pueblo sin pasar por estos trámites. Un caos, vamos, como todo.

Este ambientillo por las calles del pueblo, con el intríngulis de verse corneado por un toro mosqueado o apaleado por un policía desesperado, nos encantó. Pero ya iba siendo hora de subir a las gradas y ver el evento en cuestión.

Cuernos de toros

El espectáculo

Nos habían dicho que había una zona para turistas, pero claro,… allí ni turistas ni hostias,… creo que vimos en todo el día a cuatro o cinco guiris tan perdidos y alucinados como nosotros, y poco más. Lo que sí había era una zona VIP a la que se entraba con pases especiales y en la que nosotros accedimos haciéndonos los suecos.

El espectáculo se encontraba tanto en la arena como en las gradas. En la arena, viendo a los petulantes astados ganando una y otra vez y cachondeándose de la chavalada, las ambulancias llenándose cada 10 minutos, sillas, maletas y ollas volando desde las gradas hasta el suelo para los dueños de los toros ganadores, el policía que de pronto salta a la arena sin querer y casi es corneado, los toros que vuelven al ruedo cuando nadie se lo espera creando una confusión aún mayor de la que ya existe…

Chico agarrado al toto
Chico agarrando al toro 2
Chico ganador

En las gradas, el principal entretenimiento es cuando la policía se lía a mamporros con el público por no respetar los turnos. Tanto en la zona VIP como en el resto de los asientos, los turnos son importantes. Cuando hay millones de personas queriendo asistir a un evento, o se hace por turnos o aquello es un desmadre. Así que ahí están las gradas con miles de cabecitas apiñadas que, a medida que van saliendo tandas de toros, van desplazándose de sus filas de asientos hacia abajo para dejar hueco a los nuevos. Lo complicado siempre es hacer que los de abajo se vayan cuando termina su turno, pero para eso está el garrote policial. Aquí, ni clases ni castas ni piedad, cuando la cachiporra se acerca, sálvese quién pueda.

Público jallikattu
Policía Jallikattu

Controversia

Durante los tres días que estuvimos en Madurai, leímos al menos 5 casos de muerte de personas y cientos de heridos, tanto en los eventos, como durante las aglomeraciones en los pueblos.

Las asociaciones de protección de animales llevan luchando desde 2004 en las cortes por la prohibición del Jallikattu. Según PETA (People for the Ethical Treatment of Animals), durante el Jallikattu tienen lugar prácticas de maltrato animal. A los animales se les suministra alcohol y otras sustancias para que salgan desorientados al ruedo, y les clavan cuchillos y palos durante la competencia.

A pesar de que los tribunales lo han prohibido varias veces en los últimos años, siempre se han encontrado maneras para continuar celebrándolo de forma más o menos oficial. Sin embargo, tras la prohibición del 2016, se lió una bien gorda. En 2017 miles de personas, sobre todo estudiantes, se juntaron durante varios días en Marina Beach, Chennai, para pedir que la corte suprema diera marcha tras con la prohibición. Tal fue la presión que el Gobierno del estado de Tamil Nadu hizo un apaño legal para que se pudiera volver a celebrar aunque, supuestamente, con mayores controles y garantías que anteriormente.

Toro corneando a un muchacho
Dos chicos acechando al toro

Las tradiciones que incluyen crueldad animal existen en diversos lugares del planeta. En un pueblo de Dinamarca todavía matan delfines en un agónico baño de sangre en la playa, en México vibran las apuestas en medio de una carnicería galluna, en España tenemos las corridas, el toro de la vega, el toro júbilo y ya, por lo menos, hemos dejado de tirar a una cabra desde un campanario. Todas estas festividades suelen tener un significado histórico y cultural que las ampara y, en general, es raro que los que las defienden vean en ellas tal grado de crueldad.

Mientras veíamos salir las ambulancias cada 10 minutos con heridos a veces muy maltrechos, la gente de allí nos hablaba de las bondades del evento y de la aberración de las corridas de toros en España. Es verdad que en Jallikattu mueren más personas que toros, pero no sé si eso me parece un consuelo…

Chico y cuernos

Información Útil

Fecha

La celebración del Jallikattu tiene lugar el tercer día del Festival de Pongal que marca el paso del mes Marghazi al Thai y da la bienvenida a la cosecha del nuevo año. Según el calendario tamil, el primer día del Pongal (último día del mes Marghazi) suele caer entre el 13 y el 14 de enero y estaría dedicado al Dios de los Cielos y las Tormentas Indra; el primer día del mes Thai (y segundo del festival) se consagra al Dios del Sol Surya; el tercer día (Mattu Pongal) al ganado bovino (vacas y toros), y el último día a los pájaros (Katya Pongal).

Así pues, Jallikatu tendría lugar anualmente entre los días 15 y 16 de enero. Es posible también que en un mismo distrito la celebración del Jallikattu varíe uno o dos días respecto a la fecha oficial para adaptarse a las necesidades logísticas. Mejor preguntar un par de días antes.

Lugar

El espectáculo de Jallikattu se desarrrolla principalmente en los pueblos de la región sur de Tamil Nadu. Los espectáculos más famosos tienen lugar en localidades próximas a Madurai y Sivagangai o en el Distrito de Pudukkottai. El Jallikatu de Alanganallur es el más famoso a nivel internacional y reúne a miles de espectadores y a cientos de domadores. Otros lugares cercanos en los que también se pueden ver este espectáculo son: Kadupatti, Palamedu y Avaniapuram. Ya en el Distrito de Pudukkottai destacan: Venthanpatti, Siravayal y Viralmalai.

Cómo llegar

Para llegar a estos pueblos tan pequeños siempre hay autobuses de línea desde las ciudades cercanas. En el caso de Alanganallur, habría que estar en Madurai al menos la noche previa, aunque vale la pena llegar un par de días antes. Muy recomendable visitar el gran templo de Menakshi, el complejo de Koodal Azhagar o el mercado de Puthu Pandaram.

Desde Madurai se tarda aproximadamente tres cuartos de hora en autobús hasta Alanganallur. No nos quedó muy claro dónde exactamente había que tomar el autobús hasta este pueblo, posiblemente haya varios que llegan también hasta Palamedu. Nosotros anduvimos por diferentes partes de la ciudad siguiendo indicaciones de la gente hasta una calle cercana a Jigarthanda Junction. A la vuelta nos dejaron en la parte occidental de la estación de tren.

En Madurai hay aeropuerto (los precios de los aviones entre ciudades son muy baratos) y, lo más importante, estación de tren . Desde Chennai o Bangalore se puede coger fácilmente un tren nocturno baratísimo y amanecer en las puertas de la ciudad.

El autobús desde otras grandes ciudades es una opción más cara y mucho más peligrosa (por la loca forma de conducción del país).

Alojamiento

En Madurai hay muchísimos hoteles de diferentes precios. Nosotros nos quedamos en uno de la calle Perumal con buena calidad- precio que habíamos reservado con antelación por si en las fiestas se llenaba. Sin embargo, más tarde, de camino al centro (hacia el templo Menakshi), vimos algunos carteles en los que se ofrecían habitaciones, algunas de ellas muy baratas, a 300 ó 400 Rps (desconozco el estado de las mismas).

Entrada

No estoy seguro de que se necesite ticket para la abarrotada grada general, pero sí que vimos una cola de tickets en el pueblo para la zona VIP. En todo caso, en India, en los sitios poco turísticos, a los extranjeros siempre nos funciona poner cara de otro. Los indios son conscientes de la dificultad de sus sistemas burocráticos y abarrotados y siempre hacen excepciones con los turistas para brindarnos la oportunidad de conocer mejor su país. En nuestro caso, vimos el espectáculo primero desde la zona VIP y luego en una plataforma reservada para la policía.

Enlaces

Para entender mejor el conflicto social generado por el Jallikattu:
https://www.youtube.com/watch?v=lt6Yr9HBlRw
https://www.youtube.com/watch?v=Fy9n-6–4FE
https://www.youtube.com/watch?v=_ed0lSvsc50
https://www.youtube.com/watch?v=fve7UzjqlxM

Echa un vistazo a otros eventos asombrosos del mundo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.