A Salto de Rana

Lago Gahar - Destacada

El Tren a Dorud y Nuestra Visita al Extraordinario Lago Gahar (Lorestán)

Tren Andimeshk- Dorud

La ventanilla estaba tan sucia como cabría esperar, más o menos igual que las otras ventanillas que nos habíamos encontrado cuando queríamos hacer fotos de los paisajes en movimiento. El tren ya se deslizaba hacia las montañas cuando apenas terminábamos de acomodarnos. Nos dirigíamos a Dorud, al lago Gahar, en el Lorestán, y estábamos contentos de ver montañas verdes y dejar atrás los ocres del desierto.

Aunque de lo que más contentos estábamos era de haber cogido el tren. Tan solo cinco minutos antes habíamos bajado corriendo del taxi en la terminal, en la terminal de autobuses, ningún tren por allí cerca. El taxista de Susa nos había dejado en la terminal de autobuses a pesar de nuestros onomatopéyicos sonidos de tren que, pensé, podrían muy bien ser internacionales. Por lo visto el tren de Irán no hace chucu chucu, ni chuchuchu, es silencioso como como el paisaje y mucho más moderno. Así que, tras darnos cuenta de la confusión, nos habíamos montado de nuevo en otro taxi para llegar a la estación, y habíamos conseguido subir al tren un segundo antes del cierre de puertas.

Tren a Dorud - Lorestan
Tren a Dorud - niño

Nos tocaron asientos contra dirección y las ventanillas estaban tan sucias como cabría esperar. Pero nos dirigíamos a lago Gahar y estábamos contentos de sustituir las montañas verdes por los desiertos amarillentos de Irán.

Comimos galletas de dátiles durante 6 horas hasta Dorud y, de vez en cuando, atisbábamos trozos de un espectacular paisaje que discurría entre unas montañas que se plegaban en sí mismas como acordeones. Aunque la mayor parte del tiempo dormitábamos en la oscuridad atravesando túneles interminables.

Lorestan - Tren Andimeshk- Dorud
Lorestan - Tren Andimeshk- Dorud 2
Lorestan Paisaje tren Dorud

Dorud

Una vez en Dorud, no encontramos ningún hotel decente. Estoy segura de que el señor de la guía nunca se había dejado caer por el primer alojamiento de su lista. Camas infames, sábanas sucias y polvo, una espesa capa de polvo que se veía, se respiraba y se masticaba en cada una de las habitaciones que nos mostraban a pesar de, una de ellas, contar con el aliciente de tener una ducha jacussi empotrada en la esquina. Estábamos tan cansados que habríamos aceptado nuestro destino si no hubiera sido por el fuerte olor proveniente del baño compartido. Un agujero de mierda estancada del que tuvimos que salir corriendo.

El segundo, y último, hotel de la lista de la guía había dejado de ser un hotel, no así de contar con una enorme señal que decía: hotel.

Finalmente acabamos en otro hotel parecido al primero y pagando el doble. Nos pareció una elección excelente y lo celebramos con uno de los mejores kebab de cordero que he probado en Irán, y entonces comenzamos ya a planear los detalles sobre cómo alcanzar el lago Gahar.

Hablamos de cuánto tiempo se necesitaba para llegar, de si serían tres horas o cinco, teniendo en cuenta que la distancia desde el último punto accesible en coche era de 12 km pero con un desnivel de 500m de subida y 500m de bajada solo de ida. ¿Nos daría tiempo hacer un ida y vuelta en el mismo día sabiendo que el sol se ponía a las 4? Luego hablamos del crepúsculo civil y del tiempo que teníamos después de que se pusiera el sol. Y tratamos también el asunto de madrugar, que no se nos suele dar nada bien. Nos lamentábamos de no haber traído la tienda a Irán y de que en estas montañas hiciera un frío del carajo.

No nos poníamos de acuerdo. Yo insistía en que no nos daría tiempo a ir y volver al lago y que el pronóstico de la temperatura por la noche era de -2ºC. Pero cuando al Indio se le mete algo en la cabeza no hay esperanza y en el fondo sabía que a pesar de mis quejas inútiles, íbamos a hacerlo de todas formas.

Habíamos comprado víveres para una boda: tomate, queso, dátiles, cacahuetes, galletas, chocolate, mandarinas, manzanas, pan dulce y pan salado. Íbamos a llegar al lago y a comer como reyes.

Lorestan - Tren a Dorud - Paisaje

Lago Gahar

Dormimos poco porque seguíamos discutiendo sobre la posible belleza del lago y sobre los 4.000 metros de la montaña de Oshtorankuh que divisaríamos en nuestro camino. Salimos del hotel a las 7 de la mañana, a pesar de que a esa hora ya teníamos que haber comenzado a caminar, y cogimos un taxi para que nos llevara al parking donde empieza el camino al lago. Había varios taxistas dispuestos a hacer el trayecto, pero elegimos al viejo en vez de al listo. En nuestro buen humor matutino, nos pareció una idea más noble.

El taxista no conocía la dirección a pesar de que era la única atracción turística de la zona, pero parecía muy simpático. Nos encontramos con que el camino por el que íbamos estaba cortado porque estaban instalando tuberías de gas. Nuestro mapa de google nos indicaba otra opción que le mostramos al conductor para que se diera prisa en retomar la ruta, pero él se quedó embobado mirando por la ventanilla. Ni para adelante, ni para atrás.

Sin previo aviso, el viejo salió del coche y se fue. Nos quedamos sentados en los asientos traseros estresados y mirando el reloj. Se hacía tarde, todavía había que subir y bajar del lago y comerse todo lo que llevábamos encima. Comenzamos a desayunar por segunda vez, por ir avanzando en algo.

El viejo apareció mucho tiempo después hablando en farsi. Le volvimos a mostrar el mapa y esta vez aceptó la propuesta, pero se hacía tarde y el lago se alejaba ya de nuestras posibilidades. Correríamos por la montaña hacia el lago y nos comeríamos lo que quedaba en la mochila, no habría tiempo para siesta ni para digerir, haríamos una hermosa foto y luego continuaríamos corriendo por el mismo camino ya de vuelta, y le diríamos al taxista que nos esperara en el aparcamiento a las 5 de la tarde.

Eran las 9 y por fin llegamos al punto de salida. Un joven se acercó y, tras una breve conversación sobre nuestra procedencia y los jugadores de fútbol de la liga, nos explicó que era el guarda de allí y que no se nos permitía caminar al lago Gahar. Los turistas extranjeros no estábamos autorizados a andar por la montaña por nuestra propia seguridad. Le explicamos que veníamos de lejos sólo a ver el lago, y que habíamos visto fotos del lago Gahar lleno de turistas en sus tiendas. Por el amor de Dios, el lago Gahar era el lugar más turístico de Lorestán. El tipo llamó por teléfono a algún gerifalte, o hizo un teatrillo parecido, pero no hubo manera.

Nos quedamos absortos mirando nuestras abultadas mochilas dentro del coche y reflexionando sobre nuestra mala suerte. Joder, nuestra mala leche iba en aumento, si tan sólo hubiéramos llegado unos segundos más tarde, el guarda ya se habría marchado, de hecho se encontraba ya subiéndose a su coche. ¿Quién coño le había mandado al taxista correr tanto?

Taxi a Lago Gahar - Lorestan

Volvimos a nuestro tugurio de Dorud y el viejo conductor afable resultó ser un timador hijo de puta. Nos sentamos en un descampado inmundo divisando de lejos las majestuosas montañas de Zagros.

Visualizamos el azul intenso del lago Gahar y sentimos en la piel la gelidez de sus aguas alimentadas por el deshielo de las imponentes cumbres de alrededor mientras comíamos tomate, queso, dátiles, cacahuetes, galletas, chocolate, mandarinas, manzanas, pan dulce y pan salado.


2 comentarios en “El Tren a Dorud y Nuestra Visita al Extraordinario Lago Gahar (Lorestán)”

  1. Buenas, muchas gracias por vuestro blog. Nos esta siendo de gran ayuda para nuestro viaje en Iran. Una Duda solo, a ver si nos podeis ayudar porque estoy desesperado y no encuentro una informacion. Pasado manana he de coger el tren de andikmesh a dorut , però no encuentro los horarios or Ningun lado . Sabeis a qué hora sale de andikmesh? mil gracias, jose

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